Y DE REPENTE...

 

Yo un día me rompí.

 

Un día a finales del 19. Recuerdo el vértigo, el vacío del estómago, la presión en el pecho. Lo incomprendida que me sentí.

Y en medio de toda esa confusión, la vida sigue. Solo que, a partir de ese momento, te pasa por encima. Y dejé de vivir para sobrevivir.

 

Todavía no sabía que esa sensación inicial solo era el principio de un camino devastador, para mi entorno más cercano, y para mí misma.

Y llegó la pandemia. Y todo fue a un cajón. Porque todo eran prioridades salvo yo.

 

Así soy yo.

 

La vuelta al mundo solo me confirmó que ya nada sería igual. Yo seguía rota.

Y todo sigue a tu alrededor.

 

Y si, hay que pedir ayuda.

Pero hay un momento en el que tu misma no reconoces que te ocurre, ni como verbalizarlo, ni por qué. Y pedir ayuda cuesta.

Además, el acceso a profesionales de salud mental no es fácil en la sanidad pública y tampoco ayuda que, una vez que lo consigues, cuentes con sesiones de 30 minutos. Como si “abrirte por dentro”, cuando hay días que te perdonas la vida, fuera sencillo y rápido.

 

Y si, hay que hablarlo con más naturalidad.

Porque nos ocurre a las personas, a cualquiera y en cualquier momento de nuestras vidas, por muy amueblada que creas que la tienes.

Lo cierto es que, ante no saber cómo actuar, cuando sabes que alguien pasa por esta situación (algo razonable porque somos humanos y no lo sabemos todo) no optes por el abandono (“ya llamará, no hay quién hable con el/lla,no quiero molestar, no sé qué hacer, no tiene motivos para estar así…”)

 

Una de las cosas que aprendí al inicio de mi terapia es que no puedo esperar que los demás sepan cuales son mis necesidades, cuando ni siquiera se las he comentado. Y dar este paso me costó porque daba por entendidas muchas cosas, pero lo sorprendente, fue comprobar que aun así...

 

Esto fue lo segundo que aprendí. La mayoría de las veces no te tienden la mano (en las múltiples formas que hay de hacerlo de forma sincera, de verdad) y, por tanto, también debes aprender a protegerte "positivamente", por si tienes poco con lo tuyo... y a empatizar con aquell@s que no lo hacen contigo, porque la terapia debe sanar, no cargarte con más lastres, claro.

 

Y si, hay personas que te abrigan, aunque ellas no lo sepan.

Muy pocas, por eso brillan tanto. Gracias.

 

Hoy todavía sigo rota y a veces, me pregunto si esto ha venido para quedarse, si algún día dejaré de estarlo.

 

No juzgar. Visibilizar. Normalizar. Ayudar. Estar.

 

Si estas pasando por algo parecido, te envío un abrazo, de no menos de 20 segundos, que es cuando empiezan a curar cuerpo y mente.

 

# DíaMundialdeLuchacontralaDepresión

Escribir comentario

Comentarios: 2
  • #1

    Silvia (viernes, 13 enero 2023 09:36)

    Tienes mi abrazo de los segundos que necesitemos, yo también me nutro de él porque tanto se necesita.
    Tienes una luz tuya que te hace ser muy especial.

  • #2

    Paloma (viernes, 13 enero 2023 17:58)

    Te doy un abrazo de esos apretaos y largo. Tu eres muy grande. Un besazo